Siempre trato de acomodar el ejercicio de mi mi libre albedrío,para amar, compadecerme y hacer el bien. Hacer lo contrario sin duda alguna, sería autodestruir mi fe y mis creencias en las enseñanzas de Jesucristo. Por eso, mi escepticismo para aquéllos quiénes se la pasan rasgándose las vestiduras en las iglesias y sus acciones y palabras dicen todo lo contrario a los principios de la fe cristiana. No hay nada más evidente que descubra la hipocresía de un "Cristiano" que verlo actuar fuera del recinto eclesiástico. El cristianismo es una manera de actuar acorde a unos principios, por lo tanto es un modo de de vivir (día y noche) y no sólo, dentro del recinto de la iglesia, sino también fuera de ella en la interacción humana.
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