Nuestra amistad es en libertad.
Viene y va cuando le place.
Algunas veces se posa en la ventana y
me regala una belleza de serenata para anunciar su llegada.
Otras veces sin anunciar trae a su pareja o a sus amigos y
cantan eufóricos de alegría, mientras comparten el festín. Cuando está sólo, mientras nos
miramos a los ojos, él disfruta de mi amor,
del alimento y la
compañía sin temor, ni desconfianza, porque nos conocemos más allá
de lo perceptible a pesar de nuestras marcadas diferencias.
No espero de él nada a cambio.
Sólo nos regalamos compañía y
compartimos en calidez y calidad.
Sólo disfruto y agradezco su presencia
en mi vida las veces que nos vemos.
No es mi mascota.
Tampoco mi prisionero.
Es simple, sencillo y natural de
entender
...es un auténtico amigo...
Marisol Gazcón.
Foto tomada por mí en la ventana de mi
casa en abril de 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario